Hoteles cerca de la Basílica del Sagrado Corazón
La icónica basílica del Sagrado Corazón atrae cada año a millones de visitantes, que vienen a admirar su arquitectura blanca e impecable y a disfrutar de una vista impresionante de la capital francesa. Alojarse cerca de esta joya parisina ofrece una experiencia de viaje inigualable. Astotel te propone hoteles de calidad, con un personal cuya acogida es siempre elogiada por los viajeros, y situados a pocos pasos del Sagrado Corazón.
Basílica del Sagrado Corazón
En la colina de Montmartre- Cerca de Metro 2
, Metro 4
, Metro 12
La Basílica del Sagrado Corazón es uno de los monumentos más emblemáticos de París, situada majestosamente en lo alto de la colina de Montmartre. Es el corazón simbólico de este barrio bohemio.
Es una basílica católica, construida entre 1875 y 1914, y consagrada en 1919. De estilo romano-bizantino, muy distinto al gótico de Notre-Dame, está dedicada al Corazón de Cristo, como símbolo de esperanza, paz y reconciliación tras las pruebas del siglo XIX (la guerra de 1870 y la Comuna de París). En su bóveda del ábside se encuentra el mayor mosaico de Francia, Cristo en gloria.
Es también el punto más alto de París después de la Torre Eiffel. Puedes subir por las escaleras o tomar el funicular de Montmartre para llegar hasta allí. La vista desde lo alto es impresionante.
La basílica puede brillar con una luminosidad especial, gracias sobre todo a los efectos de la lluvia sobre la piedra de Château-Landon, el material con el que fue construida.
Cerca de la Basílica del Sagrado Corazón
Descubre las maravillas de París a solo unos pasos de tu hotel. Museos icónicos, monumentos históricos, paseos románticos y miradores impresionantes: déjate cautivar por una experiencia cultural auténtica en el corazón de la ciudad.
Sagrado Corazón: una ubicación estratégica en el corazón de Montmartre
Una ubicación ideal y de fácil accesoSituada en el 35 de la rue du Chevalier-de-la-Barre, en el distrito 18, la Basílica del Sagrado Corazón está servida por varias estaciones de metro: Anvers (línea 2), Abbesses (línea 12), Lamarck-Caulaincourt (línea 12) y Pigalle (líneas 2 y 12). Para quienes prefieren evitar las numerosas escaleras, el funicular de Montmartre es una alternativa práctica, accesible con un simple billete de metro.
La cercanía con la estación Gare du Nord (a 15 minutos a pie o a solo 2 estaciones de metro) facilita el acceso tanto a viajeros internacionales como nacionales. Los aeropuertos de París también están bien conectados con esta zona mediante transporte público. Algunos hoteles incluso disponen de plazas de aparcamiento, algo poco común en la capital.
Un barrio auténtico y lleno de vida
Alojarse cerca del Sagrado Corazón es sumergirse en uno de los barrios más pintorescos de París. Las calles sinuosas de Montmartre están repletas de cafés típicos, restaurantes con propuestas culinarias variadas y tiendas de artesanía. Los artistas callejeros animan las plazas, perpetuando la tradición bohemia por la que se conoce este barrio.
A diferencia de ciertos clichés, la zona permanece animada y segura a todas horas. La constante presencia de turistas y residentes crea una atmósfera vibrante que refuerza el encanto innegable de Montmartre.
Una vista panorámica excepcional de París
Consagrada en 1919, la basílica acoge desde hace más de 130 años la adoración perpetua del Santísimo Sacramento. Los viajeros interesados pueden participar en las celebraciones litúrgicas, momentos de adoración o incluso en retiros espirituales organizados por la comunidad de Benedictinas del Sagrado Corazón.
El parvis du Sacré-Cœur ofrece una de las vistas más impresionantes de París. Desde la cúpula de la basílica, accesible mediante una entrada de bajo coste, se disfruta de una vista 360° absolutamente espectacular de la capital.
Alojarse en las inmediaciones permite visitar la basílica en horarios privilegiados, como al amanecer o al atardecer, cuando la luz realza su arquitectura blanca. Los momentos de calma, por la mañana temprano o al anochecer, permiten descubrir el lugar en una atmósfera serena y alejada de las multitudes turísticas.
Los intercambios con las hermanas y sacerdotes que animan la vida del lugar aportan una dimensión humana y auténtica a la visita, imposible de experimentar en una simple parada turística.